Como elegir un procesador para tu PC
Si está montando un ordenador nuevo o incluso actualizando el que ya tiene, una parte clave de la actualización es el procesador.
La CPU o Unidad Central de Procesamiento, de hecho, es el corazón de toda la configuración.
Ya sea un PC para juegos, uno para la creación de contenidos o simplemente para el día a día, es del procesador de donde tendrás que partir.
Pero, ¿cómo se elige una CPU?
En las distintas tiendas online, puedes encontrar muchos tipos de modelos que ofrecen características y prestaciones muy diferentes.
Por este motivo, entender cómo elegir un procesador es un aspecto clave para encontrar el que se adapte a tus necesidades.
¿Estás preparado? ¡Vamos a empezar!
¿Cómo elegir una CPU?
Antes de entrar en las muchas características que hay que evaluar cuando se busca un nuevo procesador, hay que entender cómo se va a utilizar el ordenador.
De hecho, dependiendo del uso que le vaya a dar, necesitará
- más o menos potencia de cálculo
- soporte multitarea;
- capacidad de overclocking;
- capacidad de actualización.
Desde este punto de vista, las CPU de ordenador pueden ser adecuadas para diversas tareas. Veámoslas brevemente.
Navegación y trabajo de oficina
El uso con Microsoft Office o la Suite de Google, el entretenimiento en Internet y el uso de servicios de streaming son tareas bastante sencillas.
Para hacerlas lo mejor posible, no necesitas necesariamente un procesador de gama alta que puede costar varios cientos de euros.
En todos estos casos, un modelo de doble o cuádruple núcleo, sin multiproceso y con una GPU integrada, será suficiente y no tendrás ningún problema.
Juegos básicos a 1080p
Aquí tus requisitos se vuelven un poco más altos, y para jugar a los últimos juegos necesitarás una buena cantidad de potencia de cálculo, proporcionada por una CPU de gama media como la AMD Ryzen 5 3600.
Afortunadamente, las configuraciones gaming de este tipo son muy equilibradas y combinan el procesador con una tarjeta gráfica de buen rendimiento y un monitor Full HD.
Creación de contenidos
Si trabajas con gráficos o aplicaciones pesadas y haces mucha edición de fotos y vídeos, entonces buscas un procesador multinúcleo.
En efecto, disponer de varias unidades de cálculo te permitirá realizar todas estas tareas con rapidez y sin ralentizar el sistema.
Juegos de gama alta a 1440p o 4K
Se trata de las CPU más potentes del sector de consumo, como la Intel Core i9-10900K.
Son modelos que pueden manejar títulos Triple A incluso a 2160p, hacer streaming y también permiten realizar trabajos profesionales con gran fluidez.
Obviamente, estos son los mejores procesadores y el precio sube mucho en comparación con las alternativas.
Una vez que hayas calculado a qué tipo de carga vas a someter a tu CPU y cuál es tu presupuesto, puedes destinar el resto a componentes igualmente importantes, como:
- Un buen monitor de PC;
- Una tarjeta de vídeo dedicada;
- Una memoria SSD.
Características de una CPU
Si quieres elegir el procesador adecuado a sus necesidades, hay muchas especificaciones que debe tener en cuenta.
Sin embargo, cuando miras la descripción de un modelo, la variedad y el número de características pueden confundirte.
Para ayudarte a elegir, en esta parte de la guía hablaré de las principales, las que realmente pueden darte una idea de la potencia de un procesador.
¡Empecemos de una vez!
Frecuencia de reloj
La frecuencia de reloj es uno de los parámetros más importantes en los que basar la elección de una CPU.
De hecho, representa la velocidad a la que el procesador realiza las operaciones informáticas, desde las más sencillas hasta las más complejas y exigentes.
Se mide en Hz. Sin embargo, si observamos cualquier procesador de PC, veremos que la frecuencia de reloj siempre se expresa mediante un múltiplo, el GHz.
Cuanto mayor sea este parámetro, más rápido funcionará la CPU. Normalmente, una frecuencia inferior a 3 GHz está bien para tareas básicas.
Sin embargo, para juegos y aplicaciones profesionales, mi consejo es que busques procesadores con velocidades de reloj más altas.
Además, los procesadores AMD e Intel también disponen de la función TurboBoost.
Básicamente, en función de las tareas que se vayan a realizar, la CPU podrá aumentar su frecuencia durante un periodo limitado, para después volver a su frecuencia base.
Pero recuerda: TurboBoost es diferente de overclocking. Más adelante te hablaré de ello.
Número de núcleos
Al igual que ocurre con los CUDA Cores de las GPU Nvidia y los Stream Processors de las GPU Radeon, en el caso de las CPU no existe una única unidad de cálculo.
Los núcleos son, de hecho, "procesadores dentro del procesador", capaces de manejar y ejecutar cada una de las operaciones de forma simultánea y trabajando a la misma frecuencia de reloj.
Hoy en día existen en el mercado de procesadores de doble núcleo, cuádruple núcleo, hexa núcleo, octa núcleo, etc. A medida que mejoran los procesos de fabricación, también lo hace el rendimiento de las distintas unidades.
Por norma general, las CPU de gama media como el AMD Ryzen 5 3600 tienen seis núcleos, pero también hay buenos modelos con un número inferior.
En este caso, es importante entender que el número de núcleos no da automáticamente un mejor rendimiento; todo depende de cómo uses la CPU.
Por ejemplo:
- En juegos, la frecuencia de trabajo de un solo núcleo importa más que cuántos haya;
- En edición y streaming, pero en general, en todas las operaciones que se realizan simultáneamente con otras, es más adecuado tener un mayor número de núcleos.
Subprocesos y multiprocesos
Junto al número de núcleos, a menudo se puede encontrar otro número, el número de subprocesos. Tomemos por ejemplo Intel Core i5-10600K 6C/12T.
Las últimas cifras indican que esta CPU tiene 6 núcleos y 12 subprocesos, es decir, dos subprocesos por unidad de cálculo.
Esto se debe a que para algunas tareas es mucho más eficiente dividirlas en dos dentro del mismo núcleo.
De este modo, cada subproceso se encargará de una serie de tareas y será mucho más eficiente y rápido.
Sin embargo, al igual que con los núcleos, no es tanto el sector de los juegos el que se beneficia (todavía) como el de la productividad y la edición.
Tamaño de la caché
Otro parámetro muy importante, pero a menudo en segundo plano, es la caché.
Se trata de una pequeña porción de memoria integrada en el procesador que hace que el acceso a determinados tipos de datos e instrucciones sea mucho más rápido.
Cuanto mayor sea el tamaño de la caché, más fluido será el trabajo de la CPU y, por tanto, también más rápido.
Existen tres tipos de caché
- L1, bastante pequeña pero muy rápida;
- L2, algo más grande pero también algo más lenta;
- L3, con mucho más espacio pero bastante menos rápida.
Las tres contribuyen a mejorar el rendimiento de un procesador. Cuando no se puede acceder a ellas, la CPU recurre a la RAM, pero ésta es más lenta y también depende del chipset.
Chipset: ¿para qué sirve?
Históricamente, el chipset es un parámetro que afecta más a la placa base que al procesador.
Sin embargo, como chipset permite que la CPU se conecte a los demás componentes del ordenador.
Puedes imaginártelo como una especie de autopista por la que viajarán los datos y la información, cuanto más rápido mejor.
Por ejemplo, una placa base como la ASUS ROG Maximus XII Hero tiene un chipset Intel Z490 de gama alta, por lo que será perfecta para procesadores como el Intel Core i9-10900K.
El socket adecuado
Hablando de la relación entre CPU y placa base, también hay que tener muy en cuenta el zócalo, es decir, el tipo de comunicación entre ambos componentes.
A este respecto, los dos principales fabricantes de procesadores para PC difieren porque:
AMD ha desarrollado un único zócalo para toda su serie de CPU Ryzen, AMD AM4;
Intel ha preferido variar sus zócalos en función de la serie de procesadores, de modo que Intel Core i3-9100 tendrá Intel LGA 1151, mientras que Intel Core i5-10600K tendrá Intel LGA 1200.
Comprar una CPU con un zócalo y una placa base con otro hará que sean incompatibles.
Por tanto, tendrás que prestar atención a este valor aunque sólo sea para poder montar correctamente el componente.
Compatible con overclocking
Si TurboBoost aumenta la frecuencia de un procesador automáticamente en función de las operaciones, con el overclocking subes el rendimiento de una CPU.
Para ello, necesitarás una placa base, una bios y un disipador que soporten el aumento de frecuencia y temperatura.
Intel y AMD ven el overclocking de forma diferente:
- AMD lo permite en todos sus modelos Ryzen;
- Intel sólo en los procesadores que llevan una K al final, letra que indica el multiplicador desbloqueado.
El overclocking sigue siendo una práctica que, si sale bien, puede suponer un ligero aumento del rendimiento de la CPU. Sin embargo, si sale mal, también puede llevar a no poder utilizar el chip.
Por lo tanto, antes de comprar un modelo que permita overclocking, debes considerar detenidamente si te será útil o no.
*Fuente: Come scegliere la CPU? | Roba Da Informatici
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